GUARDAR EL TERRENO
Debemos estar llenos de vida; eso es todo. No debemos llevar nada a ningún lugar ni defender nada que no sea Cristo y la iglesia sobre el terreno correcto. Si estamos llenos de Cristo y fervientes en espíritu, nada nos detendrá de encender a otros. Con el tiempo toda la iglesia en ese lugar será encendida por nosotros. Debemos aprender a guardar el terreno y a no defender ninguna otra cosa. Si no existe nada pecaminoso en la iglesia donde estamos, debemos proseguir con ella y simplemente ministrarle Cristo a las personas. Nunca debemos causar división, sino siempre ministrar a Cristo. Verdaderamente necesitamos ser librados de todas nuestras doctrinas, y sólo dar testimonio de Cristo y la iglesia. Mientras la iglesia esté en el terreno apropiado, no importa lo pobre o débil que esté, debemos ser uno con ella; entonces jamás seremos personas que causan división. Algunos quizá digan que este principio de una iglesia en una ciudad es correcto, pero que no se puede aplicar hoy en día. Quizá digan que hoy no es posible que todos los creyentes en una ciudad se reúnan como una sola iglesia. Sin embargo, a pesar de la confusión, debemos guardar y aplicar este principio. Aunque la mayoría de los cristianos no tomarán el terreno correcto, aun así el Señor levantará un remanente que se reunirá sobre el terreno de la unidad. Lo que el Señor ha ordenado no puede abandonarse jamás; a pesar del fracaso pasado y presente, el Señor todavía cumplirá Su palabra. Quizá sea en escala pequeña, pero el principio todavía permanece igual. Creemos que en estos días el Señor obtendrá las iglesias locales en pequeña escala. Algunos que buscan al Señor serán atraídos a tomar el terreno de la unidad y así testificarán a todo el universo que son uno en Cristo, sin importar sus distintos trasfondos. Esto verdaderamente será una gloria para el Señor y una vergüenza para el enemigo.
La Expresion Practica de la Iglesia
Witness Lee. Pagina 53