EL TERRENO Y EL CAMINO DE LA IGLESIA
Ya hemos visto lo que la iglesia es en su sentido normal y apropiado. Ahora debemos ver que los creyentes deben estar en la iglesia después que son salvos. El protestantismo y el catolicismo hoy se han deformado por completo. Después de dos mil años, la iglesia se ha degradado y deformado completamente; ha perdido su condición normal y apropiada, y se halla en un estado de gran confusión. La condición de la iglesia hoy es diferente de cómo era cuando apareció por primera vez. En el cristianismo actual no hay ninguna localidad donde haya una sola iglesia, sino que en una localidad vemos centenares de “iglesias”, como si se tratara de un “mercado de iglesias”. Esta situación es tipificada por la historia de los hijos de Israel en el Antiguo Testamento. Al comienzo los israelitas eran una sola nación, pero después fueron divididos a causa de la degradación. Finalmente fueron llevados cautivos a Asiria, Egipto y Babilonia. Asimismo, la iglesia hoy también ha sido dividida debido a la degradación. ¿Quiénes son la iglesia apropiada? A los ojos de Dios, la iglesia apropiada es un grupo de personas que está firme sobre el terreno apropiado y que es conforme al corazón de Dios.Después del cautiverio de Israel, se menciona solamente a los hijos de Israel pero no a la nación de Israel. Cuando se hubieron cumplido los setenta años, Dios mandó a los hijos de Israel a que regresaran de la tierra de cautiverio para formar nuevamente una nación. Sin embargo, no todos ellos obedecieron al mandato de Dios. Los libros de Esdras, Nehemías y Ester nos dicen que sólo un número reducido de ellos regresó para reedificar el templo santo y la ciudad santa. En aquel tiempo todavía había muchos israelitas en Asiria, Egipto y Babilonia. Por lo tanto, en ese tiempo había varios grupos de los hijos de Israel. Así pues, a los ojos de Dios, ¿cuál de esos grupos era la nación de Israel? Era el grupo que regresó a Israel. Debido a que las personas que regresaron tenían el templo santo y la ciudad santa y estaban en la tierra santa, ellos eran la nación de Israel. Los que no regresaron no eran la nación de Israel. Es posible que aquellos que no regresaron se hayan enojado y preguntado por qué ellos no podrían ser la nación de Israel, dado que también eran descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. De igual manera, los que están en las denominaciones hoy también pueden preguntar por qué ellos, dado que son cristianos, no son la iglesia.
Es cierto que todos los que no regresaron eran también israelitas y descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, y se reunían en diferentes lugares. Sin embargo, ellos obstinadamente permanecieron en Asiria, Egipto y Babilonia, en las tierras de la cautividad, y no obedecieron al llamado de Dios ni pagaron el precio de regresar a la tierra santa para adorar a Dios. Como resultado, ellos estaban en desolación y se volvieron deformes. Antes de su deformación, eran israelitas apropiados, pero después que se deformaron, fueron esparcidos y divididos. Aunque todavía eran israelitas, ellos habían abandonado el terreno de unidad y ya no eran la nación de Israel. Después que se cumplió el tiempo de la cautividad, Dios mandó a todos los hijos de Israel a regresar al terreno apropiado, el terreno de la unidad, que era Jerusalén. Por consiguiente, ellos no debieron haber permanecido en Asiria o Egipto, y mucho menos en Babilonia, un lugar condenado por Dios. Aun si hubieran regresado a Betania, no habría sido suficiente; ellos tenían que regresar a Jerusalén. A los ojos de Dios, los israelitas que no regresaron a Jerusalén no eran la nación de Israel. De la misma manera, a los ojos de Dios, los cristianos que no regresan al terreno apropiado para adorar a Dios no son la iglesia en la práctica.
Los judíos hoy son un ejemplo de esta situación. En la actualidad hay aproximadamente catorce millones de judíos en toda la tierra. Sin embargo, la nación de Israel está en la tierra de Isrrael. Hay sólo tres millones y medio de judíos en Isrrael, pero tan solo en Nueva York hay más de tres millones de judíos, y aparte de éstos hay más de siete millones de judíos en otros lugares. ¿Cuál de todos estos grupos es, por tanto, la nación de Israel? Los judíos en Nueva York tal vez estén muy dispuestos a contribuir donando dinero para ayudar a la reconstrucción de la defensa nacional de Israel, así como su desarrollo económico, pero aun así, no son la nación de Israel. A fin de ser la nación de Israel o ser parte de la nación de Israel, uno tiene que regresar a la tierra de Israel y cumplir con sus obligaciones como ciudadano, pagando impuestos y prestando servicio militar. En esto estriba la diferencia; la reunión de muchos israelitas no es necesariamente la nación de Israel. Sólo los israelitas que están en el terreno apropiado son la nación de Israel. Asimismo, es posible que haya muchos cristianos reunidos y no sean la iglesia; sólo aquellos que estén en el terreno único que Dios ha ordenado son la iglesia. Este ejemplo es muy claro.
Al principio la iglesia estaba compuesta de todos los cristianos. Sin embargo, la iglesia cayó en desolación y fue dividida en la cautividad. Apocalipsis 17 y 18 hablan acerca de Babilonia la Grande. Los maestros de la Biblia reconocen que Babilonia la Grande en el capítulo 17 se refiere a la Iglesia Católica Romana. La Iglesia Romana es la gran Babilonia religiosa que llevó cautivo al pueblo de Dios. En Apocalipsis, Babilonia es una gran ramera que produjo muchas hijas (17:5). Las iglesias protestantes se separaron de la Iglesia Católica en nombre y llegaron a ser muchos grupos sectarios, pero en principio, muchos de ellos no se separaron de la enseñanza, prácticas y tradiciones de la Iglesia Católica. Por lo tanto, dichos grupos han llegado a ser sus muchas hijas. El cristianismo hoy ha apartado a los cristianos de la condición apropiada y normal de la iglesia, y finalmente los ha dispersado. Éste es el cumplimiento del tipo de la nación de Israel en el Antiguo Testamento.
Estando en su cautiverio, algunos cristianos vieron la revelación de Dios y supieron que debían regresar de la tierra de su cautiverio. Sin embargo, algunos sólo vieron la necesidad de regresar, mas no el terreno apropiado al cual debían regresar. Como resultado, se detuvieron a medio camino y vinieron a ser lo que el hermano Nee llamó “cabañas a medio camino”. Damos gracias al Señor porque nosotros hemos regresado al terreno apropiado. Hoy en día somos de aquellos que han regresado de la tierra de la cautividad. No estamos en la Iglesia Católica, ni en las denominaciones ni en una “cabaña a medio camino”; más bien, estamos sobre el terreno apropiado.
En la antigüedad, todos los hijos de Israel sabían que tenían que regresar, pero sólo un número reducido de ellos regresó. Hoy sucede lo mismo. Solamente nosotros, muy pocas personas, hemos regresado. Por lo tanto, la iglesia apropiada y normal hoy no es la Iglesia Católica, ni las diferentes denominaciones y grupos cristianos, sino los pocos de nosotros que hemos regresado. Los creyentes que han sido salvos en la Iglesia Católica y en las diferentes denominaciones y grupos cristianos también forman parte de la iglesia, pero no son la iglesia en la práctica. Esto es semejante a la situación de los israelitas que estaban en diferentes lugares. Puesto que son israelitas, ellos debieran ser los componentes de la nación de Israel. Sin embargo, debido a que no regresaron a la nación de Israel, ellos no tienen parte en la formación de la nación de Israel. Hoy en día, la mayoría de los cristianos se encuentran dispersos en la Iglesia Católica y en diferentes denominaciones y grupos cristianos. Como verdaderos cristianos que son, ellos forman parte de la iglesia, pero están separados de la iglesia y no tienen parte en la iglesia. Por lo tanto, a los ojos de Dios, ellos no son la iglesia, así como los hijos de Israel que estaban dispersos en diferentes lugares no eran la nación de Israel.
Solamente los israelitas que regresaron eran la nación de Israel. Esto se debe a que ellos regresaron a Jerusalén para recobrar la adoración apropiada a Dios y reedificar el templo y la ciudad. . Como resultado, Dios también pudo regresar a Sion (Zac. 8:3), y la gloria de Dios pudo nuevamente expresarse por medio de ellos. En figura, hoy solamente nosotros, quienes hemos salido de la Iglesia Católica y de las diferentes denominaciones y grupos cristianos, somos la iglesia. Esto se debe a que nos hemos apartado de las opiniones y organización humanas, y hemos regresado al terreno original de la iglesia, el terreno de una sola localidad donde hay una sola iglesia, a fin de reunirnos y adorar en espíritu como un testimonio del Señor (Jn. 4:24). Por lo tanto, todo creyente que ha sido salvo debe venir a la iglesia normal en lugar de permanecer en el cristianismo deformado.
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