17.5.14

ENSEÑANZAS DIFERENTES

El problema entre los cristianos a través de los siglos siempre ha sido las diferentes enseñanzas que son contrarias a la Economia de Dios. Algunos tal vez argumenten diciendo que cuando enseñan a la gente algunas doctrinas, lo hacen tal y como Dios lo ha revelado. Aunque esto puede ser cierto,Tenemos que diferenciar la FE de otros tipos de doctrina. Efesios 4:13 dice: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe”, y luego en el versículo 14 está el viento de doctrina. En estos dos versículos hay la fe, y hay doctrina. El guardar del sabat y la circuncisión son doctrinas. La enseñanza de cubrirse la cabeza es un cierto tipo de doctrina. El lavamiento de los pies es otro tipo de doctrina. La aspersión o la inmersión también es otro tipo de doctrina. También está el comer y el beber de Cristo, el orar-leer, el hablar en lenguas y la curación divina, así como otros tipos de doctrinas y prácticas. No debemos pensar que ninguna de estas doctrinas o prácticas están incluidas en la FE. . El tema crucial de la revelación divina no es el hablar en lenguas,los milagros el bautismo por inmersión, ni si usamos vino o jugo de uvas en la mesa de Señor, ni tampoco si creemos en que el arrebatamiento ocurrirá antes de la tribulación, después de la tribulación o durante la tribulación. El enfoque central de la economía de Dios tampoco es la gran imagen descrita en Daniel 2 ni las bestias de las que se habla en Apocalipsis 13. ¡Cuán lamentable es que los cristianos hayan disputado acerca de estas cosas y hayan descuidado por completo la economía de Dios! Es crucial que veamos que la economía de Dios consiste en que Dios se imparte en Sus elegidos como el maravilloso Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu—, a fin de que ellos, al poseer Su vida y naturaleza, lleguen a ser Sus muchos hijos, miembros de Cristo, que lo expresan en el universo. Ésta es la revelación central de las Escrituras y esto es lo que la Biblia llama la economía de Dios. Al igual que hoy, hubo algunos en la época de Pablo que enseñaban cosas diferentes. Ellos enseñaban cosas contrarias a la economía de Dios. Sin embargo, Pedro, Juan, Jacobo, Pablo y los demás apóstoles predicaban lo mismo: Cristo y la iglesia. Aunque había muchos apóstoles, todos ellos tenían un solo ministerio. Nunca debemos pensar que Pedro, Juan, Jacobo y Pablo enseñaban cosas diferentes el uno del otro. No, todos ellos enseñaban acerca de Cristo y la iglesia. En los cuatro Evangelios se revela una misma persona por medio de cuatro biografías. Estas biografías, aunque fueron escritas cada una desde una perspectiva diferente, no nos revelan diferentes personas; más bien, todas ellas nos revelan a la misma persona, al Señor Jesucristo. Puesto que esta maravillosa persona tiene un Cuerpo, a partir de Hechos y hasta el final del Nuevo Testamento, vemos el Cuerpo de dicha persona. Quisiera repetir nuevamente que todos los apóstoles predicaban y enseñaban una misma cosa: Cristo y la iglesia. Debido a que los apóstoles enseñaban y predicaban a Cristo y la iglesia, todos ellos tenían un solo ministerio. Es por ello que Pablo dijo: “Teniendo nosotros este ministerio” (2 Co. 4:1). Así, pues, aunque había muchos apóstoles, todos ellos habían recibido el mismo ministerio. En el capítulo uno de Hechos encontramos otro indicio de que todos los apóstoles participaban en un mismo ministerio (v. 17). Cualquier “ministerio” que sea distinto al ministerio de Pablo y de los demás apóstoles, ni siquiera debe ser considerado un ministerio, sino más bien, una enseñanza diferente. Según el Nuevo Testamento, el único ministerio tiene como objetivo ministrar a Cristo a los elegidos de Dios para que la iglesia pueda ser formada. Ésta es la economía de Dios, la cual es contraria a toda índole de enseñanzas diferentes. Ciertamente la economía de Dios no tiene que ver con prácticas como cubrirse la cabeza, el lavamiento de los pies ni con normas acerca de la comida o con la observancia de ciertos días. La economía de Dios es contraria a todas estas enseñanzas diferentes. Somos todo-inclusivos y amamos a todos nuestros hermanos. Si yo le preguntara a un hermano si habla en lenguas o no, con ello mostraría que estoy en contra o a favor del hablar en lenguas. Si estoy en contra del hablar en lenguas, querría averiguar si otros hablan en lenguas. De ser así, los condenaría. Esto causa división. Asimismo, si estoy a favor del hablar en lenguas, también querría averiguar si otros hablan en lenguas. De ser así, los amaría porque estoy a favor del hablar en lenguas. Esto también causa división. No nos importa si un hermano habla en lenguas o no. Simplemente mostramos interés por él porque es un hermano cristiano. No somos personas divisivas, sino todo-inclusivas. Cada vez que hagan preguntas para averiguar dónde se encuentra un hermano, estarán siendo divisivos. En las iglesias locales no investigamos a las personas para saber dónde se encuentran. Más bien, recibimos a todos los cristianos. Recibimos a aquellos que hablan en lenguas, como también a los que no hablan en lenguas, a aquellos que tienen el cabello largo como también a los que lo tienen corto. Recibimos a los presbiterianos, a los luteranos e incluso a los católicos. Recibimos a todos los creyentes genuinos. ¡Cuán equivocados están los que nos condenan por tener una mentalidad demasiado estrecha! Al contrario, tenemos una mentalidad muy abierta. Hoy las personas que están en el protestantismo no quieren tener nada que ver con el catolicismo, pero nos culpan a nosotros porque no queremos tener parte en el protestantismo. Si las personas en el protestantismo nos culpan a nosotros por no participar en el protestantismo ni unirnos a él, debemos entonces preguntarles por qué ellos se niegan a participar en el catolicismo y a unirse a él. Es lo mismo en principio. La razón por la cual ellos se niegan a participar en el catolicismo y a unirse a él es la misma razón por la cual nosotros no participamos en el protestantismo y hemos decidido no unirnos a él. No podemos hacer nada con respecto al catolicismo, ni tampoco podemos hacer nada con respecto al protestantismo.