19.4.09

¿ES LA CASA LA UNIDAD SUFICIENTE PARA LA IGLESIA?
El Nuevo Testamento menciona a la iglesia en una casa cuatro veces. ¿Qué significa todo esto realmente? Debemos ver este asunto a la luz del Nuevo Testamento y ver si la casa es la unidad de jurisdicción de una iglesia o no. No sé si ustedes entienden o no lo que se llama una “unidad de jurisdicción”. Por ejemplo, cuando nosotros pesamos cosas, usamos el gramo como unidad; de este modo, el gramo es la “unidad de peso”. Cuando medimos cosas, usamos un metro como unidad; por lo tanto, un metro es la “unidad de longitud”. Un gramo es una unidad de peso, y un metro es una unidad de longitud. ¿Es una casa la unidad de jurisdicción para la iglesia? Como he dicho antes en otros lugares, la unidad de jurisdicción para la iglesia es una ciudad o una localidad. Esto se basa en la enseñanza de Dios.
¿Por qué una ciudad o una localidad puede llegar a ser la unidad? Es porque Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea eran localidades, y solamente hubo una iglesia en cada localidad. La cuestión ahora es que, si Dios no tomara la localidad como unidad de jurisdicción para la iglesia, entonces no habría habido siete iglesias en esas siete localidades. ¿Por qué no debe haber una iglesia para las siete localidades? O, si la localidad no se mantuviera como unidad, ¿por qué no debe haber más de siete iglesias? Pero en la Biblia, Dios nos dice que había siete localidades, ¡y que había también siete iglesias! Ellas eran las siete iglesias en Asia y no la iglesia en Asia; ellas eran las iglesias y no la iglesia; eran las “ekklesíai” y no la “ekklesía”. No solamente había siete iglesias diferentes en la tierra, sino que también había siete candeleros en el lugar santo ante el Señor: había siete y no uno. Sin duda es evidente que lo que la gente debería obedecer es lo que Dios nos ha mostrado acerca de tomar a la localidad como unidad de jurisdicción para una iglesia.
De nuevo, permítanme preguntar: ¿Puede la casa llegar a ser la unidad para la iglesia? Para responder a esta pregunta, debemos tener una mente muy clara; de lo contrario, cometeremos errores. Tenemos que entender la diferencia entre la casa mencionada en la Biblia y la casa mencionada por los que hoy día defienden a la iglesia en una casa. La casa que se enseña en la Biblia es el lugar donde la iglesia en aquella localidad se reunía. Por lo tanto, la iglesia en la casa de cierta persona también es la iglesia en esa localidad. La iglesia en la casa de Aquila era la iglesia en Roma, la iglesia en la casa de Ninfas era la iglesia en Laodicea y la iglesia en la casa de Filemón era la iglesia en Colosas.
¿Y hoy en día? La gente enseña que Roma es una localidad, pero que puede haber dos iglesias: una en una calle y otra en una casa. En Colosas puede haber tres iglesias: una en una calle y dos en dos casas diferentes. Por lo tanto, la gente enseña que la iglesia en una casa es una iglesia más pequeña que la jurisdicción de una localidad, esto es, en la misma localidad puede haber muchas iglesias. Ellos utilizan la palabra “casa” mencionada en la Biblia para suponer que la unidad de la iglesia en las Escrituras no está limitada a una localidad, sino a una casa. Por lo tanto, uno debe notar que la casa mencionada en la Biblia y la casa propuesta por algunas personas son enteramente diferentes.
Ahora la pregunta es: En la Biblia, ¿hay una unidad más pequeña que la localidad para el límite o jurisdicción de la iglesia? El hombre dice que la hay, pero Dios dice que no la hay. Esta pregunta es muy fácil de responder. Hemos visto que había solamente una iglesia en Roma, una iglesia en Colosas y una iglesia en Laodicea. Claramente el libro de Apocalipsis nos muestra que la iglesia en Laodicea está en número singular, lo cual también corresponde al candelero de oro en el cielo.
El ejemplo más evidente era la iglesia en Jerusalén, la cual en aquel tiempo era la iglesia con el mayor número de miembros. Todos los que estudian la Biblia saben que las reuniones de la iglesia en Jerusalén se celebraban en diferentes hogares. La Biblia dice: “Perseverando unánimes cada día en el templo...de casa en casa...” (Hch. 2:46). La palabra “casa” aquí no es meramente una casa. Hechos 5:42 también relata: “...En el templo y por las casas...”. Aquí tampoco no es sencillamente una casa. Más tarde, cuando Pedro salió de la cárcel, fue a la “casa de María” (Hch. 12:12), la cual era una entre muchas casas. Ahora la pregunta es si esta clase de casa puede ser la unidad de jurisdicción para la iglesia. La historia nos muestra que entre todas las otras iglesias, Jerusalén tenía el mayor número de miembros, y el mayor número de reuniones de hogar. Si Dios tiene alguna intención de tomar a la casa como unidad de la iglesia, entonces Jerusalén hubiera sido la localidad más capacitada y el mejor ejemplo típico. Si en Jerusalén, donde había muchos miembros y muchas casas, Dios no usó la casa para que fuese la esfera o la jurisdicción de la iglesia, entonces sabemos que es más difícil encontrar en cualquier otra parte el hecho de que una casa sea la esfera de la iglesia.
Entonces, ¿cuál es el hecho? Había muchas casas en Jerusalén, pero Dios tenía solamente una iglesia en Jerusalén. Cada vez que el Espíritu Santo mencionó la iglesia en Jerusalén, usó consistentemente la palabra “iglesia” en número singular, nunca “iglesias” en número plural. La Biblia tiene solamente el término “la iglesia en Jerusalén”, nunca “las iglesias en Jerusalén”. Nunca dice: “cada iglesia en cada casa en Jerusalén”. Es posible que haya habido muchas casas para las reuniones, pero todavía eran la única iglesia en Jerusalén. Cualquier pensamiento de tomar la casa como unidad de la iglesia es un concepto humano y no la enseñanza de la Biblia. Simplemente esta sola frase: “la iglesia en Jerusalén” (Hch. 8:1), es suficiente para hacer imposible que cualquier persona con el deseo de hacerlo establezca la aislada, independiente, individualista y solitaria iglesia en una casa.
También podemos comparar Hechos 14:23 con Tito 1:5, o sea, “constituyeron ancianos en cada iglesia” y “establece ancianos en cada ciudad”. Estos dos versículos corresponden y concuerdan entre sí. “Cada iglesia” está en “cada ciudad”. Es en cada ciudad, y no en cada casa. La casa puede ser usada como un lugar de reunión, y la iglesia puede ser llamada la iglesia en la casa de cierta persona. Pero la iglesia en la casa de Ninfas era todavía la iglesia en Laodicea. La ciudad o la localidad y no la casa, es el límite, la jurisdicción de la iglesia y la unidad de la iglesia.
Si las denominaciones están equivocadas y la iglesia local está correcta, debemos derramar hasta la última gota de sangre por ella. ¡Tenemos que entregarnos absolutamente por ella! Al Señor nunca le agrada lo impuro. En Génesis 1 todo es según su género. Un árbol de durazno debe ser un durazno; un árbol de manzano debe ser un manzano. Cualquier clase de híbrido no se reproduce. Por ejemplo, cuando un manzano es injertado en un durazno, sólo existe por una sola generación. Esta es la ley natural.
Si usted cree que las denominaciones están bien, pues quédese con ellas y entréguese completamente a ellas; pero si cree que el Señor ha establecido la iglesia local, entonces ¡debe entregarse por completo a ella! Sólo entonces verá la bendición. Al Señor nunca le agrada lo impuro. Si usted tiene la carga de ir y trabajar con una misión, debe hacerlo de manera resuelta; pero si usted no está seguro de que eso sea del Señor, simplemente perderá la bendición.
Todos necesitamos la misericordia del Señor. Es necesario que veamos la visión, y si la vemos, debemos entregarnos absolutamente a ella y aun estar dispuestos a morir por ella. Recibimos la bendición solamente cuando nos hemos entregado a ella de forma absoluta. En los últimos días el Señor preparará Su novia al recobrar la iglesia local. El anhela intensamente ver que muchos de los que le buscan se entreguen de modo absoluto a seguir este camino. Dondequiera sea que el Señor pueda hallar en esta tierra aun a algunos pocos que se entreguen por completo a la iglesia local, El derramará Su bendición sobre ellos. Por Su misericordia debemos tomar la firme decisión de siempre seguir este camino. Este es un asunto fundamental que debe resolverse. No pregunte: “¿Qué haré?”. En vez de eso, debe preguntar: “¿Estoy entregado? ¿Estoy listo para pagar el precio?”. ( La expresion practica de la iglesia de Witness Lee.)